En una aldea remota en el noroeste de Rusia, un asilo mental está situado en una antigua casa de madera. El lugar y sus habitantes parecen ser intocables por la civilización. En este entorno prístino ninguna voz humana articulada se oye, y el dolor se silencia. Visualmente poética y muy inquietante, la narrativa opta por una exploración psicológica de la Rusia rural antes de la Segunda Guerra Mundial.
Erasmo Chambi es un inmigrante boliviano que sobrevive en las afueras de Buenos Aires, dando espectáculos de lucha libre en clubes locales. En su país natal era un luchador legendario: había cromos, carteles y muñecos de su personaje, El Ciclón, que hoy son sólo reliquias en un cajón olvidado. Actualmente entrena a su hijo para que sea su sucesor.
A partir de restos de películas argentinas que nunca fueron terminadas, "La película infinita" construye una historia paralela del cine. Un viaje en negativo a través de la creación y la soledad. Una historia sobre lo que no fue. Un film construido en base a fragmentos de otros filmes que nunca existieron. Como un Frankenstein cinematográfico que vuelve a la vida frente a nuestros ojos.
Invierno, Beirut. Lili y Michel se encuentran en una playa llena de latas arrastradas por el mar. Quizás se conozcan de antes. Mientras luchan por reconstruir los fragmentos de un pasado incierto, surgen recuerdos: un acto de terrorismo, una explosión y la desaparición de una niña, Elena.
Roma, 1968. En la cúspide de su carrera, el artista Pino Pascali muere en un accidente. 50 años después, el museo Pascali, en Apulia, tierra natal de Pino, compra y exhibe una de sus obras. Fotos viejas de Pino Pascali, y otras nuevas de Pino Musi, cuentan el regreso a su origen de una obra de arte.
Un mito antropologico televisivo es una excusa para introducir la antropología televisiva dentro del debate cultural. Un documental que lee la historia de un país y su gente a través de los archivos de cientos de cadenas de televisión privadas repartidas por toda Italia.
Una película biográfica sobre Annemarie Schwarzenbach, quien fue una figura brillante de la sociedad bohemia de la década de 1920. Una talentosa escritora, lesbiana y drogadicta; una trotamundos, hechicera andrógina y –para disgusto de su madre, amante de los nazis– también antifascista.
El periodista Erwin Romulo rememora el asesinato en 2009 de sus amigos los críticos de cine Alexis Tioseco y Nika Bohinc, y sus vanos intentos por encontrar la verdad y la justicia a través de los canales oficiales y «extraoficiales» del Departamento de Policía de Quezon City.
Esta asombrosa obra del sultán Joseph P. Mawra tira la casa por la ventana para dibujar una imagen de la “difícil situación” de las lesbianas en 1965. No sólo es una película, es también un sorprendente “documental accidental” que nos sitúa en el Greenwich Village de mitad de los años 60.
En un cuarto oscuro, 50 fragmentos no expuestos de material fílmico se colocaron en una superficie sobre la que se proyectó un fotograma de La salida de la fábrica Lumière en Lyon para crear un nuevo tipo de película.
El artista sudafricano William Kentridge explora la vida en el estudio. Imagina su estudio como una cabeza ampliada, donde se producen múltiples diálogos entre el artista y él mismo. Kentridge empieza a entrevistar a su doble. Pronto, todo el estudio está poblado por los múltiples yos de Kentridge.
Pequeñas marionetas de papel y actores con máscaras bailan interminablemente en un museo soviético ficticio mientras William Kentridge documenta la realización de su instalación Oh to Believe in Another World (2022), hecha en respuesta a la Sinfonía nro. 10 del compositor ruso Dmitri Shostakóvich.
William Kentridge explora el optimismo del hacer cosas: cómo, incluso en circunstancias extremas, siempre hay gente que juega, crea y canta. Recluta a una banda de alientos para encabezar una alegre procesión de su estudio hacia Johannesburgo. Pero ¿las dos partes de Kentridge se pondrán de acuerdo?
William Kentridge explora la metamorfosis con sonidos visualizados a través de pintura, una sombra transformada en escultura, el tiempo mutado en material fílmico y una mancha abstracta vuelta una imagen. Mientras tanto, Joanna Dudley y Ann Masina escenifican un mito de Las metamorfosis, de Ovidio.
William Kentridge investiga cómo la memoria se conecta con los lugares. En dos grandes hojas de papel en blanco, dibuja un paisaje colonial ficticio, como los que recuerda colgados en el comedor de su infancia. Mientras tanto, su doble dibuja lo que realmente recuerda haber visto en Johannesburgo.
William Kentridge explora la realización del autorretrato como una forma de conocerse a sí mismo y acoge en su estudio a la bailarina Dada Masilo. Mientras Kentridge intenta dibujar su figura con una brocha fijada a la punta de un largo palo, su doble observa desde lejos el imperfecto resultado.
In the deliberately chosen style of an old-fashioned field report, a fictional explorer describes his observations on gold-mining in Venezuela. His mission takes him along the Orinoco, from remote jungle mines to industrial zones. His focus stays on the workers and their environment.
Al recordar un cuento que su padre le contó de niño sobre Perseo, quien mató a su abuelo por accidente, William Kentridge reflexiona sobre la imposibilidad de escapar al destino y explora la historia de la Sibila de Cumas, quien reveló el destino de su pueblo escrito en las hojas caídas de un árbol.
William Kentridge comienza a pintar trazos negros curvos que se alinean, y desde un punto de vista forman la figura de un caballo. Debate con su doppelgänger, que está sentado sobre un alto caballo de madera. El artista y un grupo de colaboradores empiezan a trabajar en una gran escultura abstracta.
William Kentridge recrea ensayos de antiguas obras escénicas. Lee un poema fonético con los intérpretes Hamilton Dlamini, Mncedisi Shabangu, Nhlanhla Mahlangu y Mica Manganye. A cambio, ellos leen la carta de John Chilembwe de 1915 al Nyasaland Times, abogando por igualdad de condiciones en Malawi.